El movimiento de la Muerte Positiva
Muerte Positiva, (Death Positive)I creada por Caitlin Doughty, afirma que hay un millón de sitios web por ser positivo en el sexo y ninguna por ser positivo en la muerte,
Caitlin Doughty (autora de varios libros, dos de ellos traducidos al castellano: Hasta las cenizas. Lecciones que aprendí en un crematorio (2016) y De aquí a la eternidad (2018), así como de diversos vídeos del que destacamos Eco- Death Takeover) es la creadora de la Orden de la Buena Muerte. Se trata de una plataforma digital que promueve otra manera de abordar el morir y difunde de Death Positive.
El movimiento Muerte Positiva es un movimiento social para cambiar actitudes, cuyo compromiso es el de alentar a las personas a hablar abiertamente sobre la muerte y los cadáveres.
El movimiento busca eliminar el silencio que hay en torno a todos los temas relacionados con la muerte ya que de este modo las personas pueden disminuir la ansiedad que rodea a la propia muerte.
Su objetivo es inicitar a reflexionar sobre cómo abordar el final de la vida y todo lo relacionado con el rito funerario con el que damos tratamiento al cuerpo difunto.
Compromiso con el buen morir
El movimiento Muerte Positiva es un compromiso personal de un colectivo de personas comprometidas en poner de manifiesto la censura cultural sobre la muerte y promover discusiones abiertas sobre la muerte con el fin de estimular la curiosidad humana natural sobre esta.
En definitiva, aportar reflexiones para empoderar a las familias y que estas tomen el control de cuidar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos, sin la intervención de empresas funerarias y por tanto asumir prácticas mortuorias que causen menos daño al medio ambiente que las prácticas actuales.
El movimiento recomienda encarecidamente a los participantes que hablen con sus familias sobre sus propios deseos y planes para el final de la vida. Incluso si son jóvenes y están sanos, ya que esto les hará ser críticos con el oligopolio funerario.
El movimiento lo forma una pléyade heterogénea de profesionales del sector funerario, de la salud, etc. Además hay personas comunes que quieren expresar sus sentimientos sobre la muerte a través de la reflexión y el arte. Funeral Natural con sus contenidos comparte plenamente los objetivos de este movimiento sociológico.
Manifiesto de la Muerte Positiva
- Creo que al esconder la muerte y morir a puerta cerrada, hacemos más daño que bien a nuestra sociedad.
- Creo que la cultura del silencio en torno a la muerte debe romperse a través de debates, diálogos, reuniones, arte, innovación y erudición.
- Creo que hablar y comprometerme con mi inevitable muerte no es por morbo, sino que asumo muestra curiosidad natural sobre la condición humana.
- Creo que un cadáver no es peligroso (excepto cuando es por muertes de agentes letales infecciosos), y que todos deberíamos estar facultados (si una persona así lo desea) para involucrarse en el cuidado de sus propios muertos.
- Creo que las leyes que rigen el proceso de morir, la muerte y el cuidado al final de la vida deben garantizar que se respeten los deseos de la persona, independientemente de sus identificaciones de sexo de género, de raza o de creencias religiosas.
- Creo que mi muerte debe ser manejada de una manera que no cause daños al medio ambiente.
- Creo que mi familia y mis amigos deben conocer mis deseos para el final de la vida, y que debo tener la documentación necesaria para respaldar esos deseos.
- Creo que mi defensa abierta y honesta en torno a la muerte puede marcar la diferencia y ser útil cambiar nuestra cultura en este ámbito.
#deathpositive
Unirse al movimiento
En el fondo este manifiesto a favor de la Muerte Positiva engloba el concepto de una "buena muerte" que no es más que las muertes en las que se respetan los deseos de la persona al final de la vida, que en general, están relativamente libres de dolor y que mueren en un entorno que les da apoyo psíquico y emocional yque lógicamente les ofrece dignidad.
La "bondad" de una muerte puede estar en nuestro control, incluso si la muerte no lo está. Los defensores de la idea de Muerte Positiva trabajan para asegurar que se den las condiciones, tanto de educación, como de normativa y procesos para evitar una "mala muerte", es decir, aquella en la que el moribundo no tiene posibilidad de intervenir personalmente en el proceso.
Una mala muerte sería como una boda a la que no podemos decidir nada. Algunas personas no reciben atención médica digna, entran en la agonía sin un sistema familiar o de apoya y finalmente, su cuerpo fallecido no recibe las atenciones que todo ser humano se merece, igual que cuando nacemos.
Uno puede unirse a este movimiento desde la web. Al hacerlo una persona o entidad se compromete con esta visión y a la vez pasa a ser miembro de la Orden de la Buena Muerte.
Pertenecer a esta orden es convertirse en aliado en la búsqueda de una mejor forma de morir. La plataforma envía actualizaciones mensuales que realiza Caitlin Doughty y la Orden de la Buena Muerte, que incluye noticias, artículos, vídeos, boletines exclusivos sobre muertes positivas y eventos- aunque la mayoría se realizan en Estados Unidos.
Mujeres al frente de la muerte positiva
La recomendación no es que uno se adhiera al movimiento sin más, sino que valore que el morir y la muerte le interesa desde su propia vitalidad. Funeral Natural aporta contenidos periódicos para estimular este empoderamiento personal con la propia muerte.
Es cierto que el movimiento Muerte Positiva está sobretodo soportado por mujeres. Al fin y al cabo, ellas han sido durante milenios las verdaderas implicadas con la atención de la muerte.
Es en el siglo XX cuando los hombres abrieron los negocios funerarios y han corporizado el cuidado de los cuerpos fallecidos y han quitado la experiencia directa de la muerte atesorada por las mujeres. Muerte Positiva también pretende que las mujeres recuperen esa experiencia.
El credo y la actividad que promueve desde su plataforma The Order fo Good Death ( la Orden de la Buena Muerte) está inspirada en la obra del antropólogo y autor ganador del Premio Pulitzer, Ernest Becker quién en 1973 nos legó una monumental reflexión "La negación de la muerte" y cuya visión perdura a través de la Fundación Ernest Becker.