Bio Sac 200, producto ecológico para retardar la putrefacción
Bio Sac 200 es un producto ecológico único para facilitar la conservación transitoria, el acondicionamiento y embalsamamiento no invasivo.
Es una opción interesante para situaciones que se requiere retardar la putrefacción sin contaminar el medio ambiente ni perjudicar la salud de las personas con productos químicos tóxicos como el formaldehído.
Querer evitar la descomposición, no es más que un intento vano de eludir el último recordatorio vital. Toda materia en el universo debe seguir una ley fundamental que es que los átomos y las moléculas de las que estamos compuestos no se crean ni se destruyen, tan sólo se transforman.
Más allá de esta realidad, tras la muerte de un ser humano, en determinados casos, es aconsejable la conservación transitoria. Por ejemplo, para dar tiempo a la despedida y que mientras, la descomposición con sus olores desgradables quede temporalmente interrumpida. Para el velatorio en el hogar detener los procesos de la descomposición puede ser imprescindible.
Sensacional y poco conocido
Para facilitar precisamente la conservación transitoria e interrumpir temporalmente la putrefacción el Bio Sac 200 es un producto ecológico sensacional.
Lamentablemente, a pesar de su enorme utilidad, no es habitual que las funerarias lo ofrezcan a las familias. En su lugar lo habitual es que aconsejen productos conservantes tóxicos como el formaldehído.
Tradicionalmente, la conservación transitoria y sobretodo el embalsamamiento se realiza con las técnicas invasivas de la tanatopraxia, las cuales además emplean productos químicos tóxicos como el formaldehído y el metanol que son inyectados al cuerpo difunto (ya sea en la masa muscular o a través del sistema circulatorio). La conservación basada en la práctica tanatopráctica es una técnica invasiva que realizan profesionales.
En el embalsamamiento y la conservación transitoria con productos químicos inyectados, el producto base empleado es el formaldehído, es decir, un tóxico peligroso para el medio ambiente y la salud de las personas, no es obligatorio en la preparación de un difunto.
Producto autorizado para conservación transitoria
El Bio Sac 200 destaca porqué es producto totalmente ecológico, patentado y autorizado. Este se comercializa sólo a través de las empresas funerarias y se compone de una pequeña bolsa de material poroso que contiene diversos absorbentes que facilitan el acondicionamiento, la preparación, y conservación transitoria del cadáver.
Si se precisa el acondicionamiento, conservación transitoria y embalsamamiento, existen otras técnicas no invasivas como la refrigeración y la disposición de algunas sustancias absorbentes y conservantes como el Bio Sac 200.
Su aplicación es más que sencilla y que no requiere más que seguir la instrucción que viene con el producto. Por tanto, dado que es un producto legal, la familia puede demandar su uso si se requiere, y la funeraria no lo puede negar.
Este es especialmente idóneo también cuando hay que realizar un traslado entre regiones o incluso entre países.
Producto innovador ecológico español
El Bio Sac 200 lo componen carbones activos puros, que absorben los olores y los lixiviados que expulsa el cadáver. También contiene arcillas naturales, impregnadas con permanganato potásico que absorben los gases así como los olores, y los componentes orgánicos volátiles que emanan del cuerpo. En definitiva, todos ellos son compuestos ecológicos y que no dañan al medio ambiente.
Cada bolsita de filtro garantiza entre tres y cinco días la paralización de la putrefacción del cadáver, dependiendo de la tipología y fallecimiento del cadáver. Para lo que podríamos llamar conservación transitoria bastan cuatro filtros que garantizan la paralización de la putrefacción de hasta treinta días sin que se produzcan olores, expulsiones o inflamaciones o pérdida de tonalidad de la piel.
La eficacia del producto está garantizada por pruebas realizadas con cadáveres en diferentes hospitales españoles, universidades, e institutos anatómico forenses.
Fácil de aplicar
La técnica de aplicar el Bio Sac 200 es respetuosa y amable con el ser querido y permite la preservación temporal del cuerpo. Es muy sencilla de aplicar que no necesita taponar los orificios del cadaver y cualquier persona lo puede realizar.
Para su aplicación primero hay que limpiar o higineizar el difunto. Tras esta, basta con depositar o adherir en la piel del cadáver un filtro de Bio Sac 200 que viene envasado en un saquito de polipropileno poroso.
Cualquier persona lo colocar el Bio Sac 200 ya que no se precisa de ningún profesional médico. Es un producto pues que abre múltiples posibilidades para una gestión más humana, ecológica y de mínimo coste del difunto desde que fallece hasta la inhumación o cremación.
El principio de actuación del Bio Sac 200 es por quimiosabsorción y captura los gases de compuestos orgánicos volátiles expulsados por el cadáver desde el primer momento del fallecimiento.
Gracias a ello evita la proliferación de las bacterias causantes de la destrucción de las células y que intervienen en la putrefacción. Por eso se coloca directamente sobre la piel del difunto en el área abdominal principalmente.
Autorizado por la justicia
Curiosamente, este producto fue inicialmente prohibido por el Ministerio de Sanidad ante la presión del sector funerario defensora del formaldehído como único producto para la conservación transitoria.
La empresa propietaria de la patente Conserfil Nature S.L. demostró la eficacia e inocuidad ambiental en una sentencia de 2017 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La misma sentencia declaraba este producto apto como técnica o procedimiento de conservación temporal o transitoria de cadáveres para traslados nacionales por vía terrestre, marítima y aérea.
Las Comunidades Autónomas tienen la obligación de comunicar a los profesionales funerarios y forenses el permitir la aplicación de este producto en la conservación transitoria.
El Bio Sac 200, a diferencia de productos similares o presuntas copias del mismo, es el único que aporta pruebas acreditadas de su efectividad realizadas en hospitales y centros de anatomía forense.
Alternativa ecológica a la conservación transitoria sin formaldehído ni productos químicos invasivos
La gran aportación de este producto a los servicios funerarios es que se permite un tratamiento ecológico alternativo a las técnicas con formaldehído. Su aplicación es obviamente sencilla.
Bio Sac 200 no precisa ni de personal especializado ni tampoco de instalaciones preparadas, a diferencia de las salas y las personas que embalsaman con formaldehído, un producto tóxico y cancerígeno.
Tampoco es preciso un lugar con sistemas de ventilación concretos y/o filtros de alta eficacia, duchas de emergencia, sistema lavaojos ni equipos de protección (EPIs).
La técnica de aplicar el Bio Sac 200, no necesita de la gestión que se aplica a los residuos biosanitarios. Todas estas ventajas hicieron que muchas de las empresas funerarias y profesionales de la tanatopraxia se encarnizaran contra este producto.
En realidad, este amenaza a la poderosa industria del formaldehído y sus aplicaciones. Por eso los tanatoprácticos presionaron para que fuera prohibido.
Ideal para entierros naturales
Los cadáveres acondicionados, preservados y conservados con Bio Sac 200, pueden ser inhumados o incinerados sin riesgo alguno.
En un entierro natural en los países donde está permitido, las sustancias empleadas en el embalsamamiento con formaldehído o similares no se permiten.
En los cementerios verdes no se admiten difuntos a los que se les haya practicado tanatopraxia, pues contaminan el entorno y suponen una agresión para las raíces de las plantas y el ecosistema del suelo entre las cuales se colocan los cadáveres.
Ideas para la reflexión
Retardar la descomposición se puede realizar con técnicas de congelación o productos inócuos como los del Bio Sac 200 que no suponen tóxicos que contaminan el entorno ni afectan a la salud de los practicantes.
La tanatopraxia o el acondicionamiento para la conservación transitoria del finado inyectando productos en su masa corporal es una técnica que muchos expertos cuestionan por la toxicidad (interna y externa) de la misma y, sobretodo, por su inutilidad.
El argumento de que con el formol y otros aditivos sustituyendo a los líquidos corporales se mejora el color del cuerpo difunto y por tanto se facilita el duelo, no tiene base. Recordemos que en Occidente del difunto sólo se muestran básicamente el rostro y las manos. En estas partes se pueden aplicar maquillajes con productos ecológicos que pueden dar el toque estético que se puede precisar en algunos casos para el duelo.
El embalsamamiento con formaldehído otorga a los cuerpos una consistencia que les da un aspecto plástico y artificial. Para algunos profesionales de las ciencias psicológicas, la tanotapraxia va en contra de facilitar el duelo y opinan que contradice la argumentación de las empresas funerarias.
Respetuoso con el descanso del fallecido
La colocación del Bio Sac 200 sobre el cuerpo del difunto no sólo es respetuosa sino que además ofrece una velación 100 % segura sin olores por lo que es muy interesante para el velatorio fuera de un tanatorio.
Inhumar en un cementerio un difunto embalsamado con formaldehído supone tarde o temprano contaminar el suelo y finalmente las aguas suberráneas. Si el cadáver conservado con formol se incinera, entonces la contaminación se genera por vía aérea y aunque pueda quedar retenida en filtros, estos deberán ser confinados en un vertedero controlado y también estos pueden suponer un riesgo para la contaminación ambiental.
Ideal para la vela en casa
Este producto sería ideal para poder realizar el velatorio en el hogar sin riesgo alguno y sin necesidad de refrigeración. Es una lástima que a día de hoy en los tanatorios se exponga el cadáver refrigerado con el gasto energético que supone cuando con un saquito de Bio Sac 200 sería suficiente.
El Bio Sac 200 es el único producto en el mercado español homologado y certificado para el acondicionamiento, perservación y conservación transitoria libre de tóxicos.
El Bio Sac 200 se distribuye en varios países europeos y de latinoamérica donde ha sido utilizado incluso en catástrofes y en cadáveres con enfermedades catalogadas en el Grupo I, o grupo de enfermedades graves infecciosas.