Ataúdes ecológicos en España
El concepto de ataúdes ecológicos está relacionado con los fabricados en cartón o madera. Si son de madera emplean maderas locales, textiles naturales, barnices al agua y sin componentes tóxicos.
La fabricación de los ataúdes de madera puede acabar siendo un problema ambiental, tanto en el proceso de elaboración cómo cuando se utilizan, ya sea porqué acaben incinerados o descomponiéndose en un nicho o tumba.
Los fabricantes de arcas que aseguran fabricar con criterios ecológicos (1), (2), (3), lo hacen habitualmente con un informe de AIDIMA (Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines) quién garantiza que se cumple la norma UNE 190001-2017.
Esta norma define la terminología, clasificación, características dimensionales, técnicas y de fabricación de los ataúdes, incluidos los que se consideren "ecológicos". Pero no hay ninguna empresa externa e independiente que lo certifique.
Criterios ambientales aplicados en la fabricación de ataúdes
Hablar de criterios ambientales no es lo mismo que simplemente calificar de "ecológico". Un féretro o una arca ecológica de madera debería cumplir con una serie de preceptos. El primero de ellos, garantizar que emplea madera de proximidad (producida y procesada a menos de mil kilómetros).
La otra cuestion clave es que mayoritariamente sus componentes fueran de madera maciza y que los otros productos de madera que componen el féretro tuvieran el certificado ecológico de origen (FSC, PEFC, o similar). Aunque la gestión de algunos bosques, incluso con el sello FSC, en algunas regiones del planeta, no es lo excelente que debería ser.
De hecho Greenpeace Internacional, fundadora del estándar FSC (Forest Stewarship Council) se retiró de esta entidad (octubre 2019). Sin embargo, FSC como entidad de certificación forestal, sigue manteniendo un elevado prestigio en todo el planeta
En España hay suficiente producción de madera de calidad incluso certificada como la madera de pino (Pinus nigra), de chopo (Populus sp), o de aliso (Alnus glutinosa) cuyas explotaciones forestales cumplen también con los estrictos criterios de la silvicultura ecológica
Sin productos químicos tóxicos
Otra característica esencial en un ataúd ecológico es que en su fabricación sólo han empleado colas, tapa poros, sellantes y barnices de base agua y totalmente exentos de PVC, metales pesados y otros compuestos clorados.
Habitualmente, y pensando que estos pueden utilizarse para cremación se han minimizado los elementos metálicos, tanto los estructurales (tornilleria, clavos) como los decorativos (ansas, crucifijos, etc.). En el caso de colocar elementos estéticos estos son de materiales naturales como cuerda de esparto, madera, etc.
Los féretros incorporan el tapizado o acolchado para que el difunto quede bien encajado. Los féretros ecológicos deberían estar tapizados sólo con textiles naturales, especialmente, algodón, a poder ser que disponga de una certificación ecológica externa como, como la Oekotex u otras de similares.
Certificaciones ambientales
Cuando se valora un producto ecológico, también debería considerarse que su fabricante ha implantado en la factoría alguna certificación ambiental de proceso basado en la norma ISO 14000 o ISO 15000 de eficiencia energética.
En la fabricación de ataúdes se precisa de maquinaria que consume energía. Que esta provenga, por ejemplo, de electricidad verde es otro valor ambiental con el que el fabricante puede comprometerse.
Lamentablemente, los fabricantes de arcas o ataúdes no reciben la presión del consumidor ya que sus clientes son las empresas funerarias. El usuario final pocas veces reclama conocer el fabricante. La mayoría de las funerarias nunca especifican quién es su suministrador.
En cualquier caso, los fabricantes de ataúdes españoles no siempre emplena maderas con la certificación FEFC O FSC ni los acolchados, aún siendo de algodón, pocas veces los tejidos disponen de ecoetiqueta ecológica.
Para poder avanzar realmente en la aplicación de criterios la norma UNE especifica para calificar un ataúd de ecológico debería ser más estricta y avalada por una entidad independiente.
El riesgo de incinerar ataúdes no certificados
La mayor parte de los ataúdes convencionales cuando se incineran emiten una fuerte contaminación en componentes orgánicos volátiles.
La toxicidad de un ataúd tiene que ver con las colas, los barnices sintéticos que dan el aspecto suntuoso al féretro así como el uso de maderas contrachapadas que contienen formaldehído.
Otro componente que puede ser altamente tóxico es la tapicería o recubrimiento interior, que habitualmente es un acolchado con tejidos sintéticos. Esta toxicidad cuando los tejidos de la arca son sintéticos se incrementa con la vestimenta del difunto (zapatos con suela de goma, trajes de tejidos sintéticos, etc.).
Cuando el féretro va a incineración puede ser todavía más tóxico si el cadáver ha recibido los tratamientos tanatoprácticos con formol (una sustancia cancerígena) a los que se somete a la mayor parte de los difuntos por razones diversas (casi un 40 %).
En definitiva, cuando hablamos del riesgo de incinerar ataúdes hay que contemplar no sólo la composición de este, sino lo que contiene.
Gran cantidad de sustancias tóxicas volátiles
La mayor parte de estas sustancias tóxicas son volátiles y escapan a los filtros mínimos que disponen la mayor parte de los hornos crematorios operativos en España.
La calidad del aire está regulada por Directivas Europea, pero en España no todas las Comunidades Autónomas tienen normas adaptadas a esta para garantizarla.
En general, las administraciones competentes para llevar a cabo las mediciones según la licencia de la actividad varían de criterio según sea la ciudad o Comunidad autonómica.
El control de emisiones en España es deficiente. Esto lo corrobora el escaso número de hornos crematorios ubicados en España que tienen adaptados sus sistemas de filtración a la regulación europea.
Un ejemplo de ecoetiqueta de excelencia ambiental
La ecoetiqueta Ecoterra fue creada por la fundación Tierra, fue un caso de una certificación de excelencia ambiental sin precedentes en España. El sistema de certificación Ecoterra se implantó en 2014 en la fábrica de Eurocoffin, del Grupo Memora, la única que se interesó por el tema.
Esta ecoetiqueta estuvo operativa hasta finales del 2018 y con posterioridad ya no fue renovada ni se le dió continuidad por parte de la entidad creadora. El catálogo de féretros certificados fue de siete modelos.
En todos los modelos certificados, el fabricante, Eurocoffin se aplicó para que cumplieran con los objetivos de esta certificación ambiental independiente que auditaba rigurosamente a cada uno de los modelos de ataúdes con ecoetiqueta.
De esta manera era indiscutible que el ataúd no generaba emisiones tóxicas ni si se incineraba ni si se inhumaba. Los modelos que obtuvieron la certificación de Ecoterra, se siguen fabricando bajo aquellos estándares aunque sin estar auditados.