Las pinturas Kusôzu sirvieron para reflexionar sobre la provisionalidad de la materia biológica. Este antiguo arte japonés se basaba en la observación de la evolución de la putrefacción del cuerpo humano.
El estudio de los cadáveres es una practica de la ciencia forense, gracias a los campos de descomposición, la antropología forense ha avanzado en determinar el proceso natural de la muerte,