Aprender a morir no es saber como sortear el dolor, esto ya lo saben hacer los de cuidados paliativos si se tercia. Enseñar a morir es el aprendizaje para aceptar esta realidad y por tanto escoger cada rito y planificar nuestra despedida con todos sus detalles.
Planificar el propio funeral es concretar lo que podríamos denominar nuestros deseos funerarios, es decir, las elecciones, decisiones y reflexiones personales que nos gustaría que se respetaran después de nuestro fallecimiento.
El estilo de un funeral debería adaptarse a las características vitales de la persona fallecida. Una ceremonia funeraria es un rito cultural con un guión personal, no uno de estandar como imponen las empresas funerarias.