La donación de órganos y del cuerpo

Donar órganos de nuestro cuerpo después de nuestra última exhalación podría significar una nueva vida. Si pensamos que partes de nuestro cuerpo pueden ser útiles para otras vidas, podemos expresarlo y dar nuestro consentimiento. De este modo los profesionales podrán hacer la extracción de determinados órganos y/o tejidos, al poco rato de la muerte clínica y así podran ser útiles para personas enfermas que lo necesiten. Si pensamos en donar el cuerpo a la ciencia, este servirá para que futuros médicos puedan aprender.

Donación de órganos y tejidos

Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

La llamada “donación de órganos” toma órganos y tejidos sanos de una persona viva o recientemente muerta para trasplantarlos en otras. El donante en caso de que la persona haya fallecido se deben extraer al poco de su muerte.

Los órganos que se pueden donar son los riñones, el hígado, el corazón, las valvulas cardíacas, las córneas de los ojos, el hígado, el páncreas y los pulmones.  Además, de una donación también se pueden obtener muestras del tejido óseo, de la medula, de la piel, etc..

Ser donante de órganos y/o tejidos significa que si hacemos esta opción en el momento de nuestra muerte, nuestros órganos se extraen para que puedan trasplantarse. De este modo, nuestros órganos tras la muerte sirven para salvar o mejorar la vida de otras personas necesitadas.

Pero para ello es necesario que el fallecimiento suceda en un centro hospitalario que disponga de los protocolos y del instrumental para extraerlos y conservarlos adecuadamente antes de ser trasplantados.

Según la Ley de trasplantes, en España todos somos considerados donantes, si en vida no hemos expresado lo contrario. En la práctica, sin embargo, siempre se respeta la decisión de la familia, ya que se asume que estos no contradirían los deseos de su ser querido.

En algunas Comunidades Autónomas podemos solicitar una Tarjeta de Donante que acredita la intención, aunque esta no compromete legalmente, y por supuesto nuestro consentimiento puede quedar reflejado en el Documento de Voluntades Anticipadas.

La donación de órganos en España

Algunos datos que pueden ser interesantes para la cuestión:

  • España revalidó en 2017 un año más su liderazgo e incrementa su participación mundial en la donación de órganos: con 2.183 donantes  (47  p.m.p), aporta  el 19,2  % de las donaciones en la  UE y el 6,4% de todas las registradas en el mundo (34.096).
  • Las 2.183 donaciones de órganos de 2017, (la mitad, 1.106 en Catalunya) permitieron realizar 5.261 trasplantes. En total se efectuaron 3.269 trasplantes renales, 1.247 hepáticos, 304 cardíacos, 363 pulmonares, 70 de páncreas y 8 intestinales.
  • La tasa de donación efectiva es de 34,4 personas por millón.
  • En España se hacen 13 trasplantes al día, más de un trasplante cada dos horas.
  • La edad media de los donantes es de 60 años y el 84% más de 45 años.
  • La causa de muerte más frecuente entre los donantes es el accidente cerebrovascular (65%). Solo el 4% de donantes vienen de accidentes de tráfico.
  • Muchas familias siguen sin autorizar la donación de órganos de sus fallecidos: en los últimos años esta negativa se mantiene entre 15% - 16%. En la Unión Europea (2017) cada día fallecieron 10 pacientes a la espera de un trasplante
  • En julio de 2018 en España había 377.763 donantes inscritos como donantes de médula.
  • En 2018 sólo en Catalunya se llegó a los 1.149 trasplantes, un 3,9% más que en el año 2017; la tasa supera los 150 por millón de población y se convierte en una de las más altas del mundo. Durante el 2018 aumentaron los trasplantes hepáticos (182), cardíacos (71), pulmonares (104) y pancreáticos (21); los renales, por el contrario, disminuyeron ligeramente (de 780 a 771). A lo largo de 2018, 12.000 personas recibieron tejidos de donantes, se donaron 1.483 corneas, 368 tejidos musculo-esqueléticos, 184 válvulas cardíacas, 118 vasos sanguíneos y 152 donaciones de piel.

Desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes, más de cincuenta mil personas se han beneficiado de un trasplante de órganos, tejidos o células.

Donar el cuerpo a la Ciencia

Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

La donación del cuerpo a la ciencia consiste en la cesión de todo el cuerpo tras fallecer para ser destinado a fines docentes y de investigación médica. La donación del cuerpo a la ciencia no es compatible con la donación de órganos.

Cualquier persona que desee donar su cuerpo a la ciencia debe contactar con la Facultad de Medicina (Departamento de Anatomía y Embriología Humana) de la universidad más próxima a su localidad.

Cada centro universitario o hospital tiene  un determinado  procedimiento a seguir después de la defunción. Este acuerdo entre donante y receptor se acredita con un Carnet de Donante que incluye nuestro consentimiento escrito y los teléfonos de contacto.

La donación nunca implicará compensación económica alguna para la persona donante, ni para los herederos. La aceptación del cuerpo por la Universidad u hospital implica una serie de gastos económicos. Estos gastos básicos como el traslado en vehículo fúnebre desde el lugar de fallecimiento hasta el depósito, lo asume la propia institución que recibe el cuerpo del donante. Para que la donación del cuerpo sea efectiva este debe llegar a las instalaciones universitarias correspondientes dentro de las primeras 24 horas post-mortem.

Cuando termine su uso, la Facultad se encargará igualmente de la incineración de los restos. La donación del cuerpo a la ciencia incluye el consentimiento para que puedan utilizarse imágenes derivadas de los estudios, siempre respetando la privacidad mediante la ocultación de la identidad del difunto.

Incluso en la muerte servimos a la vida

La imagen es un detalle de la lápida de la tumba comunal para donantes de cuerpos en el cementerio de Bremgarten del cantón de Berna en Suiza. La inscripción dice: "Incluso en la muerte servimos a la vida".

La donación del cuerpo y de órganos, además de ser un acto de generosidad es una bocanada de vida para algunas personas necesitadas de un trasplante y una oportunidad para el estudio de la fisiología humana. Pero, permitir el acceso a las partes o la completud de nuestro cuerpo es también un acto de coherencia ambiental.

Nuestro cuerpo difunto puede convertirse de nuevo en moléculas para dar vida a la fertilidad del suelo, pero a su vez podemos decidir que algunas partes o todo él sea “reutilizado” a modo de gesto solidario. De este modo, las futuras generaciones puedan seguir aprendiendo sobre el funcionamiento del ser humano.

Cuando donamos el cuerpo entero o algunos de nuestros órganos todavía funcionales, dejamos un legado que sin duda nos honra tras expirar. Pero esta generosa y valiente voluntad, debe ser decidido antes de nuestra muerte.

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