La mayor parte de las personas fallecidas durante la llamada crisis sanitaria lo han hecho sin compañía de sus familiares y además sin la necesaria despedida de un funeral digno. Hay que prevenir la muerte indigna y los funerales sin alma que se han dado durante la crisis del coronavirus...
Planificar el propio funeral es concretar lo que podríamos denominar nuestros deseos funerarios, es decir, las elecciones, decisiones y reflexiones personales que nos gustaría que se respetaran después de nuestro fallecimiento.