Los cementerios concebidos como ciudades de los muertos, deben refundarse. Un cementerio no debería ser un lugar para llenarlo de lápidas de marmol o señas de propiedad, sino para que fueran un espacio de recuerdo memorial colectivo.
Los cementerios deberían ser lugares pfértiles ara renovar la vida en lugar de que ser almacenes de personas enterradas y convertir su recuerdo en naturaleza. Deberíamos impulsar un nuevo concepto de cementerio más natural, centrado en la fertilidad en todos los sentidos.
El cementerio natural de Souché en Niort es un lugar memorial y de contemplación diseñado para minimizar la huella ecológica de los cementerios y conectar al visitante lo más posible con la naturaleza. Un ejemplo único en Francia que habría que imitar.