Y llovieron pájaros
Y llovieron pájaros
Y llovieron pájaros es la historia de tres ancianos que han elegido retirarse del mundo y vivir en los bosques del norte de Canadá. Ted, Charles y Ed han sufrido devastadoras experiencias vitales de diversa índole.
Apartados de la civilización en una cabaña en mitad del bosque, llevan una existencia apacible y contemplativa. Conscientes de la inexorable proximidad de la muerte, los tres han establecido un pacto de libertad que les ahorre de la agonía del final de vida en caso de quedar convalecientes y no poder valerse por sí mismos.
Un día, sin embargo, una joven llega hasta su escondite. Se trata de una fotógrafa que busca a uno de los últimos supervivientes de los Grandes Incendios, un tal Boychuck.
Poco después aparece Gertrude (Marie-Desneige), una mujer pequeña de más de ochenta años que ha salido de una institución penitenciaria pero llegará como una brisa ligera que alborotará la vida de los tres amigos.
Sin embargo, aunque se rompe la armonía habitual en el rincón secreto del bosque, algo impensable y extraordinario surgirá entre todos ellos.
Esta película es un viaje por el amor, la esperanza y el deseo de libertad más allá de la edad. Una valiente defensa que la vejez no es el final de ninguna tragedia, sino que constituye una edad tan válida como cualquier otra para experimentar nuevas sensaciones y aprendizajes.
La vejez y el final de la vida son pues los protagonistas que se pasean por la cinta de unos personajes que se mantienen alejados de la sociedad por diversos motivos. Pero entre sus protagonistas hay el pacto de que cuando ya no esperen más de la vida, podrán elegir también la mejor forma de desaparecer en los bosques amados.
A lo largo del metraje su vida alterna entre lo entrañable y la dureza vital al tener que enfrentar la muerte directamente, triste pero liberadora y llena de naturalidad. Al mismo tiempo el amor se expandirá entre dos de los octogenarios. Todo ello en medio de los majestuosos bosques canadienses.
Entre el amor y la muerte en plena libertad
Como reconoce la directora: "Esta película es una oda a la vida y al amor, con sus defectos y su sufrimiento, con sus sorpresas y sus victorias. Ofrece una mirada sobre las diferencias, sobre seres singulares y marginales que nos muestran que esa misma humanidad se esconde dentro de todos nosotros.
Y llovieron pájaros describe un universo único, visual, sensorial y cinematográfico con personajes ricos y atípicos. Es un canto a la vida y al amor, dos temas universales que nos hacen conocer a los otros ya nosotros a través de nuestras diferencias".
Por eso la directora quiso plasmar una película llena de amor y de gracia de la que reconoce que "A lo largo de los distintos temas del guion, como el pasado (y su peso), la necesidad de deambular y de huir (el bosque), la redención (mediante el arte); siempre tenemos presente el amor. El amor perdido, el amor nuevo, el amor atípico; todos ellos vibrantes de pasión.
Gertrude descubre el amor por primera vez a los 80 años, mientras que Ted Boychuck fallece a los 82, siempre perturbado por el amor que no supo elegir. Dos historias de amor principales que se entrelazan y se responden mutuamente. Y todos los demás personajes están implicados de una forma u otra".
Una película valiente
La película está basada en la novela homónima, disponible en lengua castellana, 'Y llovieron pájaros', de Jocelyne Saucier y se exibió en el Festival de San Sebastian 2019.
Sin duda, se trata de una película comprometida y valiente que se atreve a mirar la vida frente a frente, con el único objetivo de elegir día a día cómo vivir y hasta cuando en plena presencia.
El título se inspira en los comentarios por la intensa humareda del gran incendio de 1950 en Chinchaga, en una región del norte de los estados de British Columbia y Alberta, donde se quemaron 1,7 millones de hectáreas. Este brutal incendio, cuya humareda era visible incluso a centenares de kilómetros, asfixió a miles de animales silvestres y de los pájaros se dijo caían en vuelo ahogados.
La banda sonora es del grupo canadlense Will Driving West que hace música desde y para el alma. Todas sus canciones están basadas en hechos reales y tienen un propósito. En 2018 decidieron lanzar un EP instrumental que escribieron y grabaron en un mes, llamado Slow Fade Sailors. Desde entonces han alcanzado más de 16 millones de reproducciones en Spotify. Los medios de comunicación los han apodado «El secreto mejor guardado de Montreal», y les gusta que así sea.