Verano 1993
Verano 1993
Verano 1993 se visualiza como si de un vídeo casero se tratara y nos muestra la cotidianidad de la niña Frida en su nuevo hogar y su nueva familia tras la muerte de su madre. La cinta adquiere un tono casi contemplativo y cada una de sus escenas viene acompañada detalles llenos de emotividad para adentrarnos e la vivencia de la niña, la cual es incapaz de hacer frente a la pérdida de sus padres.
No es propiamente una historia sino una secuencia de escenas del día a día de un verano familiar de la protagonista junto a su "nueva" hermana, y como debe adaptarse a este entorno familiar, ya sea en la piscina, el río, las verbenas de las noches de verano en el pueblo, y las visitas de sus abuelos que rechazan el estilo de la nueva vida para Frida tal como expresó su madre como última voluntad.
Verano 1993 nos muestra como la pequeña Frida va captando todos los detalles para encontrar su lugar en la nueva familia con todas las contradicciones que la sacuden a lo largo de un verano que sin embargo cambiará su vida para siempre.
Es una película sin pretensiones en el que las escenas se suceden casi como si no hubiera guion y sin embargo, cada una de ellas es cómo un diario de las observaciones que en la mente de la niña se quedan sin una respuesta coherente.
Un buen film pues para darse cuenta de cómo opera la mente infantil y comprenderla para quién deba afrontar convivir con el duelo de un niño que haya perdido alguno de sus progenitores. Al fin y al cabo esta es la historia de su directora, Carla Simón (1987-), que en el momento de firmar la cinta tiene 30 años y que narra su experiencia personal tras quedar huérfana. La película es en catalán con subtitúlos en castellano y la película cosechó numerosos premios internacionales.
Tal y como declaró ella misma: "Un verano que definió mi infancia y me obligó a crecer más rápido que cualquier otra niña de mi edad, influenciando sin duda a la persona que soy hoy en día. En Verano 1993, mi nueva vida empezó. Aunque mis recuerdos sean vagos, esta película retrata ese período con la niña que yo era entonces como protagonista”.
Verano 1993 es una película que se adentra en el universo infantil de cómo puede vivirse la muerte tal como la recuerda su directora y que rehuye el dramatismo interior que Jacques Doillon retrató en 1996 con el impresionante film Ponette.