Más allá de los sueños

Más allá de los sueños
Más allá de los sueños tiene una clara intención representativa del más allá. En este sentido, se trata de una película con un fuerte interés escatológico, entendida como parte de la teología que estudia las últimas cosas, es decir, el destino final del hombre y del universo. El film sumerge el espectador en un más allá lleno de color, introduciéndolo literalmente en el interior de pinturas al óleo.
El argumento es simple: Chris y Annie Nielsen viven una vida de ensueño junto a sus hijos hasta que estos fallecen en un accidente de tráfico. Annie, amante de la pintura, cae en una depresión y Chris hace todo lo posible por ayudarla. Pero tiempo después es Chris quien muere en otro accidente de coche y su alma despierta en uno de los paisajes que solía pintar su mujer. Es entonces cuando descubre, con la ayuda de su guía que, cuando fallecemos, nuestra alma viaja hasta un lugar especial para nosotros y poco a poco se adapta a las bellas cualidades de ese lugar. Pero dado que su mujer se ha suicidado su alma permanece en el infierno; entonces no duda en viajar en su búsqueda aunque ello suponga que él mismo pueda permanecer en el inframundo durante toda la eternidad. "Toda una vida es sólo un latido en el cielo".
Así pues, el cielo tiene una fuerte proyección subjetiva., como si cada uno se dibujara su propio cielo. Contiene a la vez una fuerte dosis de sufrimiento en la medida en que la persona querida no participa de él. S trata de un cielo insuficiente que tiene que completar el amor humano para suplir al amor divino.
La película está basada en la novela de Richard Matheson, What dreams may come, una novela de ciencia ficción que trata acerca de la vida (y el amor) después de la muerte.
Su riqueza visual atrapa y sorprende, porque está muy bien montada, alternando escenarios en los que aparece el paraíso y el inframundo o infierno. Se estrenó con éxito el 1998 y obtuvo una nominación a los Óscar al mejor diseño de producción y finalmente conquistó el de mejores efectos especiales.
El cielo es representado como un jardín en torno al árbol de la Vida. La base de la idea del paraíso de Chris está tomada de una serie de pinturas de Caspar David Freidrich, tres obras del cual sirven de motivo a la escenografía: La tarde (Niederchssisches Landemuseum de Hannover, Alemania), Caminante sobre un mar de nubes (Hamburger Kunsthalle de Hamburgo, Alemania) y Pareja contemplando la luna (Schsisches Landersbibliothek de Dresden, Alemania).
La espectacular escenografía de la película acude a los pintores románticos. Willian Turner es quien presenta una naturaleza alterada y destruida. La referencia será su cuadro El naufragio (Tate Gallery, Londres). Allí se nos muestra la impotencia y el horror. El descenso se realiza por lo que sería una catedral gótica invertida.
Estamos en un territorio conocido por la ciencia-ficción. Si las catedrales habían sido lugar de acceso a Dios, ahora una catedral invertida será el lugar de acceso al infierno. Allí desciende el protagonista, que como un nuevo Dante en búsqueda de una Beatriz suicida que desesperada vive en el sinsentido eterno.
La fuerza mítica de este árbol de la Vida está presente en distintas mitologías y también se incorpora al relato bíblico. En el jardín hay una casa, una especia de villa romana que es absorbida por la naturaleza que la rodea e invade.
Estas imágenes se completan con la visión de la ciudad celeste donde una multitud de seres viven una existencia de luz y perfección y en la que la familia del protagonista tiene su particular existencia.