Feliz cumpleanos, amor mío
Feliz cumpleanos, amor mío
David es un hombre joven y apuesto que no ha podido superar la muerte de su mujer, fallecida en un accidente náutico en su 37 cumpleaños. Aunque la mujer murió hace un par de años, David aún conversa, juega y se cita con ella a orillas del mar de la isla solitaria en la que vive retirado. Su hija adolescente, Rachel, intenta vivir su vida al margen del trauma dejado por el fallecimiento de su madre, sin embargo no le ayuda nada el hecho de ver a su padre anclado en el pasado. La cuñada de David, cansada de esta amarga situación, empieza a dudar de la capacidad de David para cumplir con sus tareas como padre. Para ello, llevan a la isla a una divorciada amiga suya, una mujer inteligente y encantadora, y también solitaria, a la que quieren emparejar con el viudo.
La película basa su argumento en la necesidad de buscar en el espíritu de la persona fallecida esta presencia necesaria para no perder su recuerdo. Sin duda nos adentra al drama del joven viudo que no logra desprenderse del recuerdo de su mujer, muerta hace dos años, a la que cree seguir viendo y con la que pasea y habla.
La película ahonda en como el amor a un ser querido está relacionado tanto con su presencia física como en esta percepción poco tangible y algo espiritual. Gracias a ello, el sentimiento de amor sobrevive la pérdida de un ser querido, y así, con esta continuidad la línea entre lo real y lo ilusorio pueden confundirse.
La trama explora de manera respetuosa las creencias espirituales y en las fantasías que nacen en la búsqueda en el más allá para atenuar el sufrimiento por el duelo.
Su objetivo es mostrar cómo esta confusión entre lo real y lo imaginado puede convertirse en un factor que rompa con la necesaria convivencia entre los que permanecen, en este caso del padre con su hija. La trama está complementada con historias paralelas y con tintes de comedia que consiguen endulzar el dramatismo implícito del contexto.
El argumento creo que es bastante original, cosa que de por sí es importante si se desea aprender algo nuevo o simplemente no ver lo mismo de siempre con otras caras. Los personajes están muy bien seleccionados, y hacen creíbles las situaciones. De todos modos algunos elementos, como los frívolos cuñados, la divorciada nostálgica, la adolescente perdida y su amiga con síndrome de lolita amiga, así como la malentendida fidelidad matrimonial del protagonista, despista sobre el fondo del argumento: el desconsuelo.
A pesar del elenco de actores la película pasó sin más. Está basada en una obra teatral que dirigió en los escenarios de Los Ángeles el director televisivo Michael Pressman, en 1984. Lo curioso de esta película es que cuando Columbia se interesó por la adaptación cinematográfica de la obra el proyecto cayó otra vez en manos de Pressman, quien, casualmente, perdió también a su prometida a los 37 años víctima del cáncer.