El compromiso

Todo empieza cuando un hombre celoso que quiere asesinar a su novia, camarera de una cafetería, dispara por error y mata a otra persona: Diana Floss, la novia de otro, de Joe Nast quien es la víctima de la tragedia días antes de su boda.  El novio desolado se intenta portar como el yerno perfecto de los padres de la novia, Benjamin Flos y JoJo.

Joe Nast, el prometido de Diana Floss, ha aceptado someter su duelo a vivir con los padres de su novia dejando así que todas sus expectativas vitales queden manejadas por los suegros, incluso como asociado a sus negocios. Ellos Lo ven como el único vínculo con su hija perdida, y están desesperados por no "perderlo". Nadie está gestionando ni el duelo ni la tragedia, no hay lágrimas y la pena interiorizada se manifiesta de diferentes maneras. Joe está cada vez más asustado cuando se da cuenta de la trampa en la que ha caído, la aparición de la empleada de correos local, es la única escapatoria posible para Joe, pero no es fácil.

La película nos pone frente a personajes anestesiados por la brutal lógica de una muerte familiar inesperada. Pero la vida es una cadena de sucesos siempre imprevisibles. Así que mientras Joe es invitado por las amigas de su novia fallecida en un bar local lejos de todo, él coloca una moneda en la máquina de discos en la sala de atrás. Tras iniciarse la canción de su elección entra Bertie, una joven trabajadora de correos, atractiva a la que Joe conoció el día anterior en la oficina de correos y que ella lo ayudó a recuperar todas sus invitaciones de boda antes de que fueran enviadas por correo tras el asesinato de la novia.  No se dicen una palabra pero bailan al ritmo de la música. El conflicto está servido.

Cada uno de los personajes juega su papel, la suegra de Joe, se desgarra en lágrimas, el suegro, visita el restaurante donde mataron a su hija por primera vez desde su muerte e intenta lidiar con el hecho de que su "hijita" nunca volverá a casa. Por su parte, Joe se debate con un personaje incapaz de admitir verdades ocultas.

La película  El compromiso trata el  amor y la muerte como elementos interrelacionados y nos muestra la relación entre unos seres que intentan volver a la vida cotidiana como buenamente pueden, a pesar del dolor de la ausencia.

Es una historia sobre cómo tratar con la muerte puede como sucede en bodas y funerales, ambas ceremonias con situaciones estresantes pueden ser inesperadamente cómicas.

Una historia que explora, o quizás contempla  como el  dolor y la curación, la pasividad y la agresión, el secreto bien intencionado y la serena franqueza pueden rendirse a la angustia de un incrédulo desconsolado novio que teme el pensamiento de lo que, a pesar de todo lo que uno cree o lo que no cree, no sabe en qué lado de la tumba está.

El compromiso está inspirada en un suceso real que le ocurrió al director de la película, Brad Silberling, hace años cuando perdió a su novia (la conocida actriz de televisión estadounidense Rebecca Schaeffer) a manos de un lunático. En este sentido es claramente una película realizada con fines catárticos de los que el espectador se beneficia.