Cría cuervos

En Madrid, las hermanas huérfanas Irene, Ana y Maite son criadas por su austera tía Paulina junto con su abuela muda y lisiada después de la muerte de su madre y su padre militar Anselmo. Ana es una niña melancólica, fascinada por la muerte, después de ver a su madre tener una muerte dolorosa y a su padre muerto en la cama.

Cria cuervos, sigue los recuerdos de Ana veinte años atrás durante el verano de uno de los primeros años de la década de los años setenta. Esta evoca sus recuerdos de infancia, de la represión educativa familiar y del drama frente a la muerte repentina de su padre (un general franquista autoritario) y luego de sus vivencias en compañía de sus hermanas Irene y Maite. Ana revive los recuerdos que como niña guarda también de su madre María escondida tras la tristeza, la frialdad distante. Un niña que piensa que es capaz de invocar y provocar la muerte a su antojo.

La película capta una gran sensibilidad tanto el candor de la infancia como la pérdida y es que la Ana huérfana cree tener un poder para controlar la vida y la muerte de los que la rodean mientras recuerda a su madre que murió tiempo atrás. Ana y sus hermanas participan en juegos de fantasía; bailando entre ellos mientras la tía de las chicas cariñosa pero ausente queda fuera de su mundo infantil en el que planea constantemente la muerte de los seres queridos, incluso en este caso desde temprana edad. Ana cree tener poder sobre la vida y la muerte de quienes viven con ella. Hay otro poder que Ana cree poseer: el de invocar la presencia de su madre con la que revive los momentos que le quedan en el recuerdo.

La historia se desarrolla desde el punto de vista de los ojos del personaje infantil, y termina con un final lleno de genialidad en el que la fantasía y la realidad se mezclan en el mundo onírico infantil. El mundo real que se proyecta a través de las vivencias de Ana está dominado por el absurdo y la irracionalidad, como indican los toques surrealistas del film. En algunos momentos la película avanza con silencios como expresión escénica del dolor y la obsesión por la muerte. El film es también una crítica sobre la influencia de los adultos en la evolución de los niños.

Este notable drama fue escrito y dirigido por Carlos Saura (Huesca, 1932), rodado en Madrid y Quintanar (Segovia) mientras el dictador General Franco estaba en su lecho de muerte.. La banda sonora combina fragmentos de la canción “Maricruz” (Imperio Argentina), de “Canciones y danzas nº 6” (Frederic Mompou) y la pegadiza canción de Jeannette, “Por qué te vas” estrenada en la película (esta canción de Jeanette es todo un canto a la dureza de la pérdida de la inocencia). La película fue nominada a la Palma de Oro, y ganó el Gran Premio del Jurado (Exequo) de Cannes.