After life

cartel After life

After life

Título original: 
Wandafuru Raifu
País: 
Japón
Fecha de edición: 
1998
Duración: 
118 min
Género: 
Drama fantástico
Director: 
Hirokazu Koreeda
Reparto: 
Arata, Erika Oda, Susumu Terajima, Sadao Abe, Taketoshi Naito, Kotaro Shiga, Yusuke Iseya
Fotografia: 
Yutaka Yamazaki
Música: 
Yasuhiro Kasamatsu
Producción: 
Engine Film / Sputnik Productions / TV Man Union
Estreno en España: 
2015 (Enero)
Público: 
Sinopsis: 

La cinta explora el valor de la memoria después de la muerte. A lo largo de una semana, 22 almas llegan a una estación de tren (representada como una escuela preparatoria) en la cual los visitantes deberán elegir mantener un solo recuerdo por toda la eternidad. Las personas tienen diferentes perfiles, desde una anciana con lagunas mentales, un adolescente rebelde y un veterano de guerra. La cinta combina elementos de ficción y documental al intercalar entrevistas reales, improvisaciones de los actores o lecturas de los guiones.

Los recién muertos acuden a una edificio algo deteriorado, enclavado en un parque de una ciudad. Son veintidós. El edificio es uno de los tantos lugares en el mundo que cumplen la función de prepararlos para que puedan acceder a la eternidad. Tiene dormitorios, salas de entrevistas, filmotecas- una por cada persona-  una sala de cine, y facilidades para la producción de películas.

Allí los recién muertos son entrevistados por amables empleados que buscan asistirlos para que elijan, en el plazo máximo de tres días -de lunes a miércoles- un recuerdo entre todos los que componen sus vidas, que será recreado por medio de una película, y una vez revivido en la pantalla, será el único que retenga su propietario a partir del lunes siguiente por toda la eternidad.

En la ingravidez pacífica, los personajes de After life viven en su propia alma. Dos manos prudentes que entierran hojas muertas en una bolsa de plástico, dos pies desolados que bailan sobre la nieve en el aire eterno. Los gestos de estos sensibles fantasmas están como trastornados como si de condenados suspendidos se tratara. Hirokazu Kore-Eda aplica el famoso precepto cinematográfico de Jean Cocteau, "filmar la muerte en el trabajo". A su manera pues de forma casi meditativa y sobrenatural nos muestra un sueño inquietante.

Cada personaje tiene el suyo, un viaje en tranvía cuando era niño, con el viento que entraba por las ventanillas y le daba en la cara. Un vuelo en una avioneta sobrevolando las nubes tan blancas y puras como suaves. Un vestido rojo que una anciana vistió cuando era niña. La conversación en un parque de un matrimonio consolidado sobre ir al cine. Cada uno de los recuerdos elegidos son pequeñas experiencias parecidas a haikus y al igual que estos, llenas de sentido poético.

"Wandâfuru raifu", también titulada "After life", dirigida por de Hirokazu Kore-eda  es una colección de historias de muertos, de sus dificultades para encontrar el recuerdo con el que se quedarían, así como la de las historias de los empleados que los atienden, que también resultan ser muertos los cuales en su momento no acertaron en elegir un recuerdo. La concepción de "After life" es la de un más allá sin Dios y en el que la muerte, en comparación con la vida, es algo estático y limitado, pero no vacío.

Son muchas las tradiciones, como la tibetana, que sostienen que cuando morimos tardamos en darnos cuenta de que ya no estamos vivos, y que pasamos unos días en una especie de limbo parecido al mundo real. En la película, cualquiera creería que uno puede elegir el cielo, pero lo importante no es esta elección sino el mejor recuerdo vivido.

Es una película con un ritmo medido  en el que cada una de las escenas  está llena de significados, aunque en realidad uno se da cuenta de ello hasta el final. Un final agridulce como la vida misma.  Cada personaje nos lleva de la mano de su historia contada con minuciosidad ya que es esta la que nos lleva al "cielo". No todos los llegados accederán al cielo o el otro estadio vital, pero, en este quedarán para acompañar a los que llegan y disfruntando de una apacible inexistencia. Algunos esperaran toda una vida y toda una muerte para ello y saborear este recuerdo perfecto que abre la cerradura de la eternidad.

Presentada en el 46 festival de cine de San Sebastián obtuvo el Premio FIPRESCI y fue nominada a la Concha de Oro. Llegó a las pantallas de unos pocos cines en nuestro país en 1999.

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