La fiesta de despedida
La fiesta de despedida
Un grupo de matrimonios ancianos amigos conviven en una residencia geriátrica en Jerusalén y ante el deterioro que van observándose, uno de ellos construye una máquina de eutanasia para ayudar a poner fin al dolor terminal. Cuando empiezan a extenderse los rumores sobre esta máquina, más ancianos comienzan a pedirles ayuda, creándoles un dilema emocional.
La trama habla también del miedo al olvido, del amor traicionado o de los egoísmos que no entienden de emociones. Así, futuro e, incluso, verdad o mentira son consecuencias y elecciones de las que el film destaca el calificativo de personales, fomentando un debate interno acerca de la complejidad que supone actuar y juzgar desde la distancia o enfrentarse a las mismas cuestiones cuando estas afectan directamente.
Propuesta más que recomendable para quien busque un film que le haga pensar y plantearse la vida alejada de los blancos y negros habituales, con la eutanasia de fondo. Una comedia negra sobre la amistad y el saber cuándo decir adiós.
La fiesta de despedida también es una película sobre el amor y la amistad. Sus cinco personajes encuentran alivio, fuerza y esperanza apoyándose los unos a los otros en los momentos más difíciles y más divertidos de la vida.
Momentos de la vida que van desde el proceso de decir adiós a un ser querido, hasta descubrir que cuando el cuerpo falla y la mente permanece lúcida, la ironía y el humor siguen siendo la mejor receta para hacer frente a la idea de la muerte. Pero esencialmente la película aborda el tema de la eutanasia y del el dolor en los últimos días tras una enfermedad terminal.
En estos momentos finales para un matrimonio de ancianos separarse de un ser querido, separarte de se mismos se convierte en algo heroico. No sólo cuando el cuerpo físico ya no le quedan fuerzas biológicas para seguir existiendo, sino también cuando la mente empieza a fallar y nos impide recordarnos de nuestra identidad. La cinta aboga por el derecho a elegir el buen morir.
Como expresaba su director "En nuestras películas abordamos problemas sociales actuales que suelen ser polémicos. Intentamos quitar dramatismo incorporando elementos absurdos y cómicos. También lo hacemos trabajando con cómicos y en el caso de esta película, algunas de las grandes figuras de la comedia israelí interpretan papeles dramáticos. De esta manera, este tema difícil e importante se vuelve más accesible para nuestro público, y esperamos que, lo mismo que en la vida, se rían mientras enjuagan sus lágrimas".