Hablemos de la muerte

portada Hablemos de la muerte

Hablemos de la muerte

Título original: 
We Need to Talk About Grief
Autor: 
Annie Broadbent
Editorial: 
Ediciones Paidós - Espasa Libros - Editorial Planeta
Fecha de publicación: 
2015 (Junio)
Idioma: 
Castellano
Impresión: 
240 páginas
Público: 
Sinopsis: 

 Hablemos de la muerte. Claves para ayudar a quienes han perdido a un ser querido es una invitación a desarrollar una relación distinta con la muerte y el duelo. ¿Qué hacer con quien sufre la pérdida de un ser querido? ¿Cómo hemos de comportarnos con los dolientes?

Hablar de la muerte y el duelo se ha convertido en un tabú, a pesar de que ésta es la única certeza en la vida. En este libro, la autora, quien ha vivido la pérdida de su madre, nos ayuda a identificar las necesidades de la persona en duelo a la vez que nos invita a comprender la muerte de una manera más esperanzadora.

Este es un libro de testimonios en los que la autora aprovecha para dar consejos desde la práctica. De hecho sólo la persona que ha perdido a un ser querido sabe que la vida nunca volverá a ser gual.

El duelo no es un hecho, es un proceso, y los procesos no tienen una línea de meta. Por eso el interés de este libro radica en que a diferencia de otros más teóricos, en este la teoría está implícita en cada uno de los casos descritos en forma de diferentes historias cuyo objetivo es sin duda instarnos a prepararnos para la muerte.

La pérdida de una persona querida nos da la oportunidad de instalar en el subconsciente un recordatorio para que se revise de vez en cuando y se reconozca que es posible que las cosas tras esta experiencia no vayan lo bien que uno querría aunque haya pasado más de un año y todo parezca haber vuelto a la «normalidad».

Los funerales pueden ser difíciles, pues son una instancia en la cual el miedo a acercarse a las personas en duelo golpea  con más fuerza. También es un espacio que se comenta en el libro para que este sea más armónico y sea una verdadera despedida.

Para la autora " fue incómodo ver a gente en mi casa, en el velatorio, que obviamente sabía quién era yo, pero que ni siquiera se acercó a saludarme. Entiendo que sus intenciones podían ser las mejores (no querían agobiarme o no sabían qué decir), pero creo que resulta más arriesgado ignorar la situación que acercarse. Un viejo amigo de mi madre me saludó insistentemente con la mano mientras yo caminaba detrás del ataúd de mamá. Me llevó unos segundos asimilar que aquella persona me estaba saludando a mí, que intentaba llamar mi atención, pero cuando lo hice, él asintió con la cabeza y sonrió.  Fue suficiente para hacerme saber que estaba allí. Me pareció un momento extraordinariamente reconfortante, y aunque pasó mucho tiempo hasta que volví a verlo de nuevo, siempre recordaré su presencia en el funeral".

Basta con reconocer la muerte para entrar en el mundo de la persona en duelo. Me sorprendió la cantidad de personas que ignoraron la catástrofe que acababa de ocurrir en mi vida.

El problema de no reconocerlo, especialmente en los primeros momentos, es que deja sin palabras a la persona en duelo. Esta deja de tener la oportunidad o la posibilidad de estar triste si necesita estar triste, o de hablar de ello, porque los que lo rodean no dejan el espacio necesario.

En los primeros días resulta extremadamente difícil despejar ese espacio por sí mismo. Cuando pregunto por qué no se mencionó el tema, las respuestas van por este camino: «Bueno, no quería sacarlo a relucir», como si yo pudiese olvidar que mamá había muerto.

Si alguien decía un simple «Lo siento mucho, Annie», o si me dirigía una mirada cómplice y un apretón en un brazo, podía acabar sollozando en medio de una fiesta (al fin y al cabo, me había preparado para afrontar la música, charlar y sonreír), pero seguía deseando que se reconociese lo ocurrido en mi vida. 

La energía y el esfuerzo necesarios para afrontar el hecho de que alguien ignore tu situación te acaban aislando y, en muchos aspectos, me hicieron sentir más en contacto con mi dolor que si me hubieran dirigido unas palabras de reconocimiento".

Índice

Agradecimientos
Introducción
1. La madre de Annie
2. El marido de Molly
3. La hermana de Beatrice
4. La pareja de John
5. El hermano de Rose
6. La madre de Julia
7. El mejor amigo de Adam
8. El hermano de Nicola
9. El hijo de Anna
10. La hija de Yvonne
11. El padre de Stewart
12. El padre de Harry
13. El marido de Joy
14. El hermano de Norman
15. La amiga de Lina
16. La pareja de Ben
17. Hablan los expertos
18. Lo que sí y lo que no se debe hace
Recursos
Bibliografía

Compartir :