Aprender a Morir. Testimonios de un barquero de almas
Aprender a Morir. Testimonios de un barquero de almas
En una época en la que nuestra sociedad comienza por fin a plantearse la importancia del acompañamiento para las personas al final de la vida, la importancia de este libro resulta innegable.
En Aprender a Morir. Testimonios de un barquero de almas, su autor, Éric Dudoit (responsable de la Unidad de Psicooncología del Departamento de Cuidados Paliativos y Oncología Médica del hospital La Timone, en Marsella), describe sus experiencias con una sinceridad y una osadía poco comunes. Iremos tras él de habitación en habitación en el contexto de la que hace ya veinte años que es su rutina.
De habitación en habitación a lo largo del libro seguimos su rutina adentrándonos con emoción en un mundo que demasiado a menudo preferimos ignorar y que puede sin embargo estar cargado de esperanza y descubrimientos ya que la inquietud sobre el proceso de la muerte viene desde tiempos antiguos. De niños esta inquietud es la curiosidad por saber de la Vida y la Muerte. En la madurez, el desconocimiento nos lleva al miedo y la incomprensión. Entender y aprender a pasar por ello es una tarea pendiente que todavía tiene la Humanidad. Como seres humanos estamos aún lejos de elegir conscientemente cuando morir o, mejor aún, cuando abandonar el cuerpo voluntariamente.
Eric Dudoit ha acompañado amorosamente hacia esta experiencia a cada persona que ha asistido como psicooncólogo en el hospital donde trabaja y, desde el papel que le ha tocado desempeñar en esta vida, ha facilitado la superación del miedo y el desconocimiento en el proceso de la muerte. Pero el mensaje más importante sigue siendo estrujar la vida que queda, valorizar lo que aprendemos en ella y, cuando ya nos corresponda partir, estar preparado y comprender su proceso.
Eric Dudoit nos ayuda a ver la muerte desde el otro punto de vista, la del familiar que, egoístamente, no quiere que un ser querido se vaya de su vida hasta la del paciente que se aferra a su existencia con coraje. Aceptar el momento de cada uno es imprescindible para que el alma o el espíritu que parte lo haga sin dolor y con la serenidad de saber que así debía ser, en su momento y con condiciones perfectas.